El cine es un medio de expresión y representación que, a partir de una serie de imágenes fijas, logra el movimiento. Fenómenos fisiológicos y psicológicos propios del hombre permiten la toma y reproducción de imágenes. Cuatro aspectos distintos son los que permiten producir la ilusión del cine:
* La continuidad luminosa de la pantalla.
* La unión del movimiento de las imágenes proyectadas.
* La falta de centello visual.
* La elaboración psicológica del argumento.
Técnicamente el cine se basa en tres etapas: la toma de imágenes mediante el uso de la cámara, la conservación ordenada de esta imagen sobre una película sensible y la producción de las mismas por medio de un proyector.
El témino "cinematógrafo", derivado del griego kínesis (movimiento) y gráphein (escribir), alude al fenómeno que permite reproducir la realidad en movimiento. Se trata de una revolución técnica y cultural: el cine se transformará en un extraordinario medio de comunicación, siempre más refinado y eficaz.
El nacimiento del cine tiene una fecha y un lugar precisos: el 28 de diciembre de 1895, en el Salón Indien, en París. En esa ocasión se iniciaron, por obra de los hermanos Lumière, las primeras proyecciones cinematográficas de la historia: la gran magia había comenzado.
El mecanismo básico del invento de los Lumière consiste en una càmara que fotografìa la acciòn mediante una serie de rápidos que graban la imagen consecutivamente en una película y que luego adquiere movimiento al ser proyectada como una secuencia. Pero esta explicación no es suficiente para aclarar el fenómeno si no se considera también el concepto de persistencia en la retina, según el cual el ojo humano, al recibir cierto número de imágenes estáticas, si son proyectadas en una secuencia temporal, se convierten en un solo flujo sin interrupción, igual al que la cámara ha captado de la realidad. Desde esa primera noche de 1895, el cine ha hecho enormes progresos, aplicando tecnologías siempre más avanzadas, y ha generado a su alrededor una industria económica y cultural de vastas proporciones.
La popularidad del cine
El cine, antes de llegar a ser objeto de crítica y de interés a nivel artístico, fue un espectáculo popular. De curiosidad científica, se convirtió en una forma de entretenimiento liviana, distinguiéndose del teatro por su carácter: ni culto ni complejo. En sus albores, el cine cumplía sólo una función de crónica: se limitaba a reproducir la realidad cotidiana, narrándola en filmes documentales mudos, muy breves, que dejaban estupefactos a los espectadores de entonces. Bastaba la magia de una calle, de un tren que corría, para regalar al público una experiencia nueva y sorprendente. Aún no se consideraba al cine como una forma de arte. Con el correr de los años, sin embargo, ganó una importancia extraordinaria, hasta llegar a ser "el espectáculo por excelencia".
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