martes, 27 de marzo de 2012

Taller de Comunicación 2do año. Clase martes 3 de Abril

LA FASE ALFABÉTICA

En la medida en que los signos ideográficos requerían mayor especificidad, se hizo necesario segmentar los signos.  Los signos alfabéticos son unidades mínimas e indivisibles. Una letra no significa nada por sí misma, pero combinada con otros signos puede proyectarse hasta llegar a describir lo no visto, nombrar lo inabarcable, decir lo imaginado, describir sensaciones, pensamientos, actitudes y reflexiones. 
La incorporación de la escritura alfabética se adjudica a los sumerios, entre los años 5000 y 4000 a.c, que habitaron en la Mesopotamia asiática.
Algunos consideraron a la escritura alfanumérica como la primera tecnología de la comunicación, porque el alfabeto no es un simple gráfico o visualizador de los sonidos del lenguaje hablado, sino que logra una posibilidad de abstracción aún no superada por otros códigos. Se trata de la primera abstracción del pensamiento. 
La fase alfabética incluye además a los números y sus distintas denominaciones, por lo que debería llamarse más precisamente fase alfanumérica. 
Los números han sido más fáciles de interpretar en algunos casos. Los mismos mayas, cuyos signos ideográficos nos resultarían incomprensibles sin la explicación de los arqueologos, tenían un sistema de numeración más comprensible a nuestros conocimientos:
*    **   ***   ****     ____          
1    2       3      4             5

La fijación de los sonidos en imágenes cambió la representación de la realidad.  
Hay algunos signos muy difíciles de clasificar según las etapas de codificación, porque concentrarn en sí mismos todas las etapas. Por ejemplo, pensemos en el dinero. 
1) Si lo tomamos como el objeto capaz de tener en sí un sentido, un valor recordatorio, podemos considerarlo un signo mnemónico, ya que poseer un billete o moneda recuerda la capacidad económica de su poseedor para adquirir cosas.
2) Las reglas para utilizar el dinero deben ser explicadas por tradición oral. Cuando una sociedad cambia la denominación o numeración de la moneda, llama la atención la resistencia de alguna gente mayor a nombrar al dinero con los nuevos códigos.
3) Cada billete o moneda tiene una referencia pictórica o icónica a héroes, gobernantes, hechos o monumentos históricos.  Muchos otros representantes políticos han impreso su imagen, fotografía y o alusión a hechos históricos en los billetes. Aquí encontramos, entonces, la fase icónica. 
4) Por otro lado, el alto grado de convención social que requiere el uso del dinero lo convierte en ideográfico. Si no creyéramos en esa convención social no intercambiaríamos bienes tangibles a cambio de un papelito. Lo hacemos porque sabemos que los otros miembros de la sociedad reconocerán ese papel un valor similar.
5) Sin la numeración el valor de los billetes sería imposible de ordenar.  Por lo tanto, se trata de un signo alfanumércios.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Fases Pictórica y Fase Ideográfica. Taller de Comunicación 2do año. Clase Martes 27 de Marzo.

Fase Pictórica o Iconica
A pesar del apoyo mnemónico de los objetos, la historia de una sociedad seguía dependiendo de los relatos de una persona a otra.  No existía un registro que trascendiera la muerte humana.  En un momento, el arte rupestre comenzó a armar ese registro.  De hecho, este arte se ha conservado por varios siglos. 
La característica de los signos pictóricos es que pretenden ser una copia de la vida real.  Recrean las situaciones, los animales y las personas.  Muchos historiadores han podido conocer los cultivos y el tipo de ganado criado por una comunidad, así como algunas características de su organización social, a partir del registro de sus pinturas (en grutas, paredes, cementerios).
Muchas veces los distintos gráficos encadenan situaciones , le otorgan un hilo conductor que aporta nuevos sentidos.  Las imágenes arman una especie de relato mudo de momentos que pueden reconstruir guerras, dinastías, hechos sociales.
Los signos pictóricos o icónicos tuvieron una gran importancia en la vida social durante muchos siglos.  Los nobles y las familias reales han presentido ser retratados por los pintores de su época.  La primera función de la pintura (hasta la aparición de la fotografía) ha sido la de reflejar la realidad, imitar el aspecto estable de las cosas.  Algunos autores la llaman pintura "objetiva" o "realista".
Las nuevas tendencias en pintura desligadas de esta función - copia (como el impresionismo, el cubismo, el puntillismos, el expresionismo, la pintura abstracta, entre otras), comenzaron a consolidarse recién cuando la función de reflejar los hechos ya había sido delegada a otros medios técnicos: la fotografía y luego el cine.

La fase ideográfica o simbólica.

Los dibujos que imitan la realidad tienen un límite: la imposibilidad de transmitir sensaciones, pensamientos, reflexiones acerca de esos hechos.  ¿Cómo dejar registro de la filosofía, la religión y los razonamientos de una cultura? A través de otros dibujos o signos, que se llaman ideográficos, precisamente, porque grafican ideas.
No hay nada en este signo que copie la realidad.  Simplemente existió un código por el cual se relacionaban todas las ideas y los sentimientos de la historia.
Los signos más conocidos de estas características son los jeroglíficos egipcios.  Pero muchas otras comunidades también lo utilizaron. Por ejemplo, los Sellos Mayas.
A través de un dibujo los Mayas reflejaban un conjunto de ideas, una forma determinada de enfrentar la vida (optimismo, desilusión, abatimiento), una concepción del tiempo, del cosmos, del poder en la sociedad.
Los signos ideográficos son los signos más amplios y abarcativos que ha construido el ser humano.  Dentro de un solo ideograma puede incluirse la misión de un niño que acaba de nacer, su estado de salud actual y su oráculo, las flores que le son afines y la posibilidad de desarrollo durante la vida.
Tal vez por ese poder abarcativo y amplio sean tan difíciles de entender en su total dimensión. Requieren un estudio especializado de los códigos que le dieron su origen.
También los utilizamos actualmente, como los escudos y las banderas, que pretenden agrupar distintas ideas acerca de la institución el país al que representan.  También se ven en algunos codigos específicos, como las señales de tránsito, la escritura musical, los logos de las distintas marcas o empresas.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Taller de Comunicación 2do año. Clase martes 20 de marzo

Fases de la codificación humana. 
Llamaremos fases a los distintos modos de codificación que han aparecido a lo largo de la historia. El orden es cronológico y no implica que una fase tenga superioridad evolutiva con respecto a la anterior. En muchas culturas, como en la actualidad conviven todas las fases naturalmente dentro de la comunicación social.

La fase oral:
La primera forma de transmitir experiencias fue la fase oral de la comunicación: el lenguaje hablado y los códigos gestuales.  Es decir, todo aquello que no dejará huellas más allá del momento de la enunciación.
En la actualidad, a pesar de las tecnologías y desarrollo de la escritura, muchas actividades siguen sostenidas en la tradición oral.
Ejemplos:
* En las historias familiares, cuando un abuelo relata la vida de sus propios abuelos, los nietos conocen sus raíces a partir de cuentos y anécdotas transmitidos oralmente.
* El uso del teléfono también ha planteado un regreso a la tradición oral, ya que muchos negocios, transacciones comerciales, invitaciones y hasta encuestas se concretan "de palabra".
* Los cantitos de una hinchada de fúbol se enseñan y transmiten en la misma tribuna, donde el "jefe" o líder canta una vez y todos repiten.

La fase mnemónica:
Algunas comunidades percibieron que, a lo largo de distintas generaciones, los recuerdos se tergiversaban, los relatos se distorsionaban y algunas noticias se perdían.  Entonces, comenzaron a conservar algunos objetos que los ayudaran a recordar los hechos con mayor fidelidad.
La fase mnemónica nace, precisamente, con el objetivo de conservar el recuerdo ("mnemo" significa memoria).  Estos objetos han sido siempre un apoyo a la memoria en el momento de reproducir un relato oral.  Por sí mismo, cada objeto no transmite demasiada información.  Ese objeto sigue necesitando de la información oral para completarse y ubicarse en un universo de sentido.
Los objetos materiales ayudaron también a jerarquizar las informaciones importantes de aquellas otras que merecían descartarse.  Algunos elementos se usaban y luego se perdían. Otros, en cambio, adquirían un nuevo valor afectivo o recordatorio, por lo que eran conservados.  Los objetos cambian su sentido, pasan a ser representantes de emociones, situaciones, evaluaciones y valoración de la persona que los guarda.
Más allá del recordatorio individual, existen otros objetos con los que se construyen una historia social. Son objetos de los personajes públicos, de los museos, aquellos que han pertenecido a algún famoso artista o porlítico o que han sido usados en alguna situación determinada.
Algunos signos mnemónicos han llegado a incorporar también nuevas convenciones sociales o reglas de ayuda memoria.  Algunas culturas antiguas, por ejemplo, hacían nudos en una soga para recordar fechas de muerte y/ o nacimiento de personajes del grupo, acontecimientos sociales y datos importantes.
También hoy tenemos una gran cantidad de signos mnemónicos sostenidos en convenciones sociales o reglas: los souvernirs que recuerdan cumpleaños, bautismos y/ o casamientos; los trofeos de un campeonato deportivo; los premios de los concursos artísticos, etc.
Habitualmente, los signos mnemónicos pierden el sentido si no hay una persona que recree, a través de un relato, el contexto de toda situación.